En una ocasión los españoles trasladaban desde Guayaquil  tres grandes cajones, cada uno contenía la imagen del Arcángel San Miguel; uno destinado para el pueblo que hoy se conoce con el nombre de Salcedo, otro para San Miguel de Ibarra y el tercer cajón posiblemente para San Miguel de Piura; pero la leyenda y tradición muy comentada por los moradores de aquellos tiempos , el tercer cajón que debían cargar los cuatro indígenas, al tratar de moverlo no pudieron desde la casa tambo, situada en el Chasqui; donde hoy se encuentra el cementerio Municipal, pues el equipaje llegó a la apariencia de pesar más de una tonelada, por cuyo motivo tuvieron que dejarlo abandonado.

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Los pocos moradores de Bambacagua, descubrieron el cajón  y con toda veneración trasladaron la imagen a su poblado , es digno de mención que con las mismas tablas del cajón  arreglaron un altar en el portal de una casa; pero muy pronto reemplazaron el altar por una capilla   dedicada a la veneración del Arcángel San Miguel , resueltos a retenerlo sobre cualquier reclamo; de esta situación podríamos llamarlo la leyenda de Bambacagua dejando este nombre para que posteriormente se denomina San Miguel  hasta la presente fecha.

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